_Bien_ reto a mis hijos, _Soy pujona, y qué?
Tengo que aclarar que un pujo, es algo así como un chiste con un final inesperado, algo así como un chiste sin gracia, soso y vacío, carente de mensaje……
Tengo la firme opinión de que una casa sin algunos pujos que se repitan años tras años, para ir acompañando el crecimiento de los hijos, no es una casa normal, es una casa ABURRIDA.
Vine a comprobar la tolerancia de mis pobres hijos un día, lluvioso por más señas, en que el padrino de Eduardo vino, mojado y con los ojos vacuos, pidiéndome pasar la noche en mi casa.
Acababa de separarse. Increíble, pensé.
Aparentaban ser un matrimonio sólido. El la llamaba de “Linda”, lo que era comprensible por ella llamarse Laurinda. Y ella….ella no recuerdo ahora como lo llamaría….en fin. Que aquella noche se convirtió en un año en que puse a prueba toda mi paciencia, mis cualidades de terapeuta de psiquiatra y de oyente.
El “Período Agustino” fue penoso. Por que tengo costumbres muy pesadas, como es cantar ópera en la cocina, y me delicia especialmente aquel pedazo de Carmen en que viro los ojos en blanco y todo, y doy unos pasillitos de ballet y hasta fluctúo sintiéndome la María Callas que tengo dentro: (pobre María Callas, mira que caerme dentro a mí con mis desórdenes intestinales…pero bueno.)
Decía que si me gusta mucho entonar mi voz soprano....(bueno, mas bien de sopla-ano), más me gustan las Marchas Patrióticas. Me transmiten una solidez musical acongojante. Recuerdo que estando todos, incluido Augusto, en la sala, después de una semana de inapetencia musical, sentí la necesidad de cantar aquello que tanto de gusta de:
“Viva la patria entera embravecida,
"Ruge el coraje en su pecho herido"
Y entonces cuando llego a la estrofa de
“por quien pretende…por quien pretende…por quien pretende amenazar su nido!!!!!!!!!!!
Ahí, exactamente, llego al clímax de la canción y con los calderos borboteando vapor y olores, aprieto los puños y me pongo bien colorada y soy feliz por unos instantes, transmitiendo decibeles de ruido, pues aquello no es música, ni se le parece. Sara González podía morir de pavor oyéndome…
Inquietos, mis hijos miran a la cocina. Quieren que su vergüenza termine rápido, frente a Augusto que escucha preocupado mi estado eufórico de ánimo. Se levanta mi hijo mayor y me cierra la puerta de la cocina, obnubilado por la verguenza.
Entonces, lista la comida, cuando llego a la sala a avisar que el pasto esta listo, Augusto me mira, no puede disimular una carcajada y me dice:
_Comadre, eres la leche.
En la lista de mis pujos hay cientos de ellos que se vienen repitiendo sin piedad año tras año. Frente al televisor cuando va a comenzar un filme y sale el león de la Metro Goldwing Mayer, y dispara su rugido siempre, en ese punto digo:
__Ah de nuevo el filme del león? Ese ya lo ví…..
O declaro frente al plato de comida, que devoro sin remordimientos:
_Tengo muy mal comer………pero tengo un almorzar!!!!!!!!!!!!
Nadie se ríe. Creo que nunca se rieron, pero yo sigo con lo mismo, año tras año…..
Pasa el viejito de las ovejas, frente a la casa, doblado por el peso de los años…….y siempre digo:
_Y pensar que el pobre viejo estuvo preso….por echao palante!
Son mis pujos. Hay mas, son muchos. Tengo uno, cuando paso frente al cementerio y digo: _Esta es la mejor zona de la villa. Todos están muertos por estar aquí…..
Puf, que mal gusto, pero no puedo evitarlo. Son mis pujos, me pertenecen. Mis hijos ya se resignaron y mi marido, el pobre, también. Es parte de mi identidad como persona, y creo que el día que me falten, ellos mismos se encargaran de recordarme, la Época Nefasta de mis Pujos Personales.
Tengo que aclarar que un pujo, es algo así como un chiste con un final inesperado, algo así como un chiste sin gracia, soso y vacío, carente de mensaje……
Tengo la firme opinión de que una casa sin algunos pujos que se repitan años tras años, para ir acompañando el crecimiento de los hijos, no es una casa normal, es una casa ABURRIDA.
Vine a comprobar la tolerancia de mis pobres hijos un día, lluvioso por más señas, en que el padrino de Eduardo vino, mojado y con los ojos vacuos, pidiéndome pasar la noche en mi casa.
Acababa de separarse. Increíble, pensé.
Aparentaban ser un matrimonio sólido. El la llamaba de “Linda”, lo que era comprensible por ella llamarse Laurinda. Y ella….ella no recuerdo ahora como lo llamaría….en fin. Que aquella noche se convirtió en un año en que puse a prueba toda mi paciencia, mis cualidades de terapeuta de psiquiatra y de oyente.
El “Período Agustino” fue penoso. Por que tengo costumbres muy pesadas, como es cantar ópera en la cocina, y me delicia especialmente aquel pedazo de Carmen en que viro los ojos en blanco y todo, y doy unos pasillitos de ballet y hasta fluctúo sintiéndome la María Callas que tengo dentro: (pobre María Callas, mira que caerme dentro a mí con mis desórdenes intestinales…pero bueno.)
Decía que si me gusta mucho entonar mi voz soprano....(bueno, mas bien de sopla-ano), más me gustan las Marchas Patrióticas. Me transmiten una solidez musical acongojante. Recuerdo que estando todos, incluido Augusto, en la sala, después de una semana de inapetencia musical, sentí la necesidad de cantar aquello que tanto de gusta de:
“Viva la patria entera embravecida,
"Ruge el coraje en su pecho herido"
Y entonces cuando llego a la estrofa de
“por quien pretende…por quien pretende…por quien pretende amenazar su nido!!!!!!!!!!!
Ahí, exactamente, llego al clímax de la canción y con los calderos borboteando vapor y olores, aprieto los puños y me pongo bien colorada y soy feliz por unos instantes, transmitiendo decibeles de ruido, pues aquello no es música, ni se le parece. Sara González podía morir de pavor oyéndome…
Inquietos, mis hijos miran a la cocina. Quieren que su vergüenza termine rápido, frente a Augusto que escucha preocupado mi estado eufórico de ánimo. Se levanta mi hijo mayor y me cierra la puerta de la cocina, obnubilado por la verguenza.
Entonces, lista la comida, cuando llego a la sala a avisar que el pasto esta listo, Augusto me mira, no puede disimular una carcajada y me dice:
_Comadre, eres la leche.
En la lista de mis pujos hay cientos de ellos que se vienen repitiendo sin piedad año tras año. Frente al televisor cuando va a comenzar un filme y sale el león de la Metro Goldwing Mayer, y dispara su rugido siempre, en ese punto digo:
__Ah de nuevo el filme del león? Ese ya lo ví…..
O declaro frente al plato de comida, que devoro sin remordimientos:
_Tengo muy mal comer………pero tengo un almorzar!!!!!!!!!!!!
Nadie se ríe. Creo que nunca se rieron, pero yo sigo con lo mismo, año tras año…..
Pasa el viejito de las ovejas, frente a la casa, doblado por el peso de los años…….y siempre digo:
_Y pensar que el pobre viejo estuvo preso….por echao palante!
Son mis pujos. Hay mas, son muchos. Tengo uno, cuando paso frente al cementerio y digo: _Esta es la mejor zona de la villa. Todos están muertos por estar aquí…..
Puf, que mal gusto, pero no puedo evitarlo. Son mis pujos, me pertenecen. Mis hijos ya se resignaron y mi marido, el pobre, también. Es parte de mi identidad como persona, y creo que el día que me falten, ellos mismos se encargaran de recordarme, la Época Nefasta de mis Pujos Personales.