Un hombre al servicio de la Humanidad
Carlos Juan Finlay
(1833 - 1915)
En Junio 28, 1881, Carlos J. Finlay inició ensayos de su método experimental de detección de la fiebre amarilla en el laboratorio que instalara es su casa de la calle Tulipán No. 13, en el ahora antiguo pero entonces aristocrático barrio de El Cerro, La Habana y fue en la Zanja Real y sus ramales, en el mismo barrio, donde realizó los experimentos sobre el cólera y la fiebre amarilla.
El Dr. Finlay y el médico español Claudio Delgado y Amestoy -su único colaborador-, realizaron una serie de inoculaciones experimentales para tratar de verificar la trasmisión por mosquitos. Atendiendo a consideraciones humanitarias, el Dr. Finlay se negó a realizar esos experimentos lejos del foco epidémico principal para evitar la propagación del mal a zonas donde no existía. Se propuso provocar sólo formas benignas y moderadas de la fiebre[/size], [size=12]de modo que no hicieran peligrar la vida de aquellos voluntarios que se ofrecieron para estas pruebas. Utilizó mosquitos que habían absorbido 2 a 6 días antes la sangre de personas en el sexto día de la enfermedad, pues suponía que la virulencia del germen se hallaba entonces suficientemente debilitada y se debilitaría aún más en el mosquito mismo.
Parque Tulipan, barrio de El Cerro, La Habana, situado en el área donde el Dr. Finlay realizó los experimentos necesarios para comprobar su teoria. Así como la hipótesis de que la persona picada una vez por un mosquito infectado, quedaba inmunizado contra futuros ataques de la enfermedad. De ahí nació el suero contra la fiebre amarilla.
Junio 27, 2008
Carlos Juan Finlay
(1833 - 1915)
En Junio 28, 1881, Carlos J. Finlay inició ensayos de su método experimental de detección de la fiebre amarilla en el laboratorio que instalara es su casa de la calle Tulipán No. 13, en el ahora antiguo pero entonces aristocrático barrio de El Cerro, La Habana y fue en la Zanja Real y sus ramales, en el mismo barrio, donde realizó los experimentos sobre el cólera y la fiebre amarilla.
El Dr. Finlay y el médico español Claudio Delgado y Amestoy -su único colaborador-, realizaron una serie de inoculaciones experimentales para tratar de verificar la trasmisión por mosquitos. Atendiendo a consideraciones humanitarias, el Dr. Finlay se negó a realizar esos experimentos lejos del foco epidémico principal para evitar la propagación del mal a zonas donde no existía. Se propuso provocar sólo formas benignas y moderadas de la fiebre[/size], [size=12]de modo que no hicieran peligrar la vida de aquellos voluntarios que se ofrecieron para estas pruebas. Utilizó mosquitos que habían absorbido 2 a 6 días antes la sangre de personas en el sexto día de la enfermedad, pues suponía que la virulencia del germen se hallaba entonces suficientemente debilitada y se debilitaría aún más en el mosquito mismo.
Parque Tulipan, barrio de El Cerro, La Habana, situado en el área donde el Dr. Finlay realizó los experimentos necesarios para comprobar su teoria. Así como la hipótesis de que la persona picada una vez por un mosquito infectado, quedaba inmunizado contra futuros ataques de la enfermedad. De ahí nació el suero contra la fiebre amarilla.
Junio 27, 2008