NO quiero que sobre mi féretro
caiga la hipócrita lágrima
que por la fría mejilla se desliza
de aquel que nunca me dio en vida
una frase amable
un saludo afectuoso una sonrisa
No quiero que tras el fúnebre coche
que me porta
camine una horda silenciosa
que no perturben mi descanso
y sueño eterno
los chillidos de mujeres que sollozan
que nada se interponga en el camino
por el que marcho directo hacia la fosa
No quiero que me cubran con coronas
ni me dediquen cojines de diferentes tamaños
ahora nada de eso quiero
si en vida nunca me dieron
ni siquiera un caramelo
en mis tantos cumple años
No quiero que se escuche el llanto
de quien recibe por llorar su pago
no quiero condolencias del amigo
que vive entre riquezas y opulencia
y permite que a su lado muera un niño
arropado con el traje de mendigo
No quiero que pronuncien despedidas
porque ante todo los que miran
voy primero
guarden en sus mentes mis recuerdos
y no olviden jamás este sendero
porque aquí donde ahora estoy
tranquilo y sin apuro les espero.
W.Randal