Hoy he visto a un infeliz
harapiento y trastornado
mendigar sin resultado
cualquier cosa de comer
nada pudo resolver
porque es pedir demasiado.
Cobijado en un zaguán
de una casa en construcción
era la estampa mas viva
de la cruel desolación
un pobre diablo entre tantos
que han perdido la razón.
Nadie le presta atención
le contemplan desde lejos
en nadie se ve un reflejo
con aires de compasión
hoy esta calamidades
no tocan el corazón.
Mientras allí el pobre diablo
soportaba el vendaval
con su mirada tranquila
contemplaba el ancho mar
que rugía embravecido
bajo el fuerte temporal.
Entre en mi casa y cerré
huyéndole al ventarrón
allí quedaba el mendigo
con su locura y con Dios
era más feliz que muchos
y entre ellos me cuento yo.
W.Randal